“LA ECONOMIA DE LAS PEQUEÑAS COSAS"
AUTOR: TIM HARFORD EN SU LIBRO EL ECONOMISTA CAMUFLADO
TODO LO QUE APARESCA EN PERENTESIS SON APORTES DE GUSTAVO RAMIREZ.
AUTOR: TIM HARFORD EN SU LIBRO EL ECONOMISTA CAMUFLADO
TODO LO QUE APARESCA EN PERENTESIS SON APORTES DE GUSTAVO RAMIREZ.
El largo trayecto al trabajo en trasporte público (En Bogotá Bus, Transmilenio y otros medios) es una experiencia común de vida en las grandes ciudades del mundo, ya vivas en Nueva York, Tokio, Amberes o Praga. El camino al trabajo combina, desmoralizadoramente, lo que es universal con lo individual. Lo individual por que cada uno de los que hacen este viaje es una rata en su propio y único laberinto: debe tener calculado el tiempo que lleva llegar desde la ducha hasta el torniquete de la estación, aprender los horarios y el extremo idóneo del anden, para acelerar la combinación entre diferentes trenes, soportando las desventajas de que no haya asientos libres en el primer tren. Además, las personas que deben viajar todos los días para ir atrabajar generan patrones comunes, como embotellamientos (en Colombia trancones) y horas punta, que los empresarios de todas parte del mundo explotan a su favor. Mi trayecto al trabajo en Washington D. C. no es el mismo que el vuestro en Madrid, Londres, Nueva York o Hong Kong, pero resulta sorprendentemente familiar.
La estación Farragut West del metro tiene una ubicación ideal, que le permite dar servicios al Banco mundial, al Fondo Monetario Internacional, y hasta la Casa Blanca. (En Bogotá la calle 72 centro financiero, la calle del palacio del Nariño y congreso etc.) . Todas las mañanas, viajeros irritables y somnolientos emergen desde Farragut West hacia el edificio International Square. Es difícil desviar de su camino a esta clase de personas. Simplemente, quieren escapar al ruido y el bullicio, esquivar a los tranquilos turistas y llegar a sus escritorios justo antes de que lo hagan sus jefes. No disfrutan de los desvíos, pero existe un lugar, colmado de paz y abundancia, que puede tentarlos a retrasarse algunos minutos. En este oasis, hombres y mujeres atractivos y exóticos sirven delicias únicas con una sonrisa> hoy me atendió una encantadora señorita cuya placa de identificación rezaba María >. Por supuesto, me refiero a Starbucks. Esta cafetería esta situada a la salida del international Square, y es imposible de evitar. Y esta no es una peculiaridad de la estación Farragut West: la primera tienda que veras al intentar salir de la estación Farragut North del metro es otro Starbucks.
Encontraras esta clase de cafeterías tan convenientemente ubicadas en todas partes del mundo, y todas atienden al mismo tipo de trabajadores desesperados. El establecimiento que se encuentra a menos de diez metros de la salida de la estación Dupont Circle, en Washington se llama Cosi. La estación Penn, del metro de Nueva York, hace alarde de un Seattle Coffee Roasters justo al lado de la salida a la Octava avenida. Y aquellos que descienden en la estación Shinjuku, en Tokio, pueden disfrutar de un Starbucks sin necesidad de salir del andén. En la estación Waterloo, en Londres, quien vigila la salida que da sobre la margen derecha del Támesis es un puesto de la cafetería AMT.
Un capuchino grande de Starbucks, de 2,55 dólares no es nada barato. Pero puedo pagarlo, por su puesto. Como muchas de las personas que se detienen en ese café, Yo gano (TIM HARFORD) el coste de ese café cada diez minutos. A ninguno de nosotros nos interesa perder el tiempo a fin de ahorrar unas monedas, buscando un café mas barato a las 8:30 de la mañana. Las cafeterías bien ubicadas tienen una demanda enorme: por la estación Waterloo, por ejemplo, pasan setenta millones de personas al año. Eso hace que la situación de esta cafetería sea crucial.
La ubicación del café Starbucks de la estación Farragut West es ventajosa, tanto por estar en uno de los mejores caminos que van del andén a la salida de la estación, como porque es la única cafetería que se encuentra en ese camino. No sorprende a nadie que esta “haciendo su agosto”.
Si tomas tanto café como yo (TIM HARFORD), probablemente hayas llegado a la conclusión de que alguien se esta haciendo asquerosamente rico con todo esto. Si las quejas que aparecen ocasionalmente en los periódicos son ciertas, el café contenido en ese capuchino cuesta unos pocos centavos. Claro que los periódicos no nos cuentan la historia completa: esta la leche la, electricidad, y el coste de tazas de papel, sumado el coste de pagarle a María para que le sonría a clientes gruñones durante todo el día. De todas maneras, tras sumar todas estas variables, el valor que llegamos sigue siendo menor al precio de la taza de café. De acuerdo con el catedrático de Economía Brian McManus, el margen de ganancia del café ronda el 150 por ciento: cuesta preparar una taza de café de un dólar, y cuesta menos de un dólar preparar un café con leche pequeño, que se vende a 2,55 dólares. Alguien esta ganando mucho dinero…. ¿Quien será?
Tal vez piense que esta persona es Howard Schultz, el dueño de la cadena Starbucks; pero la respuesta no es tan simple. La principal razón por la que Starbucks puede pedirte 2,55 dólares por su capuchino es por que no hay otra tienda cercana que cobre 2 dólares por lo mismo.
Entonces, ¿Por qué no hay nadie junto a Starbucks, ofreciendo precios menores?
Sin ánimo de desmerecer los logros del Sr. Schultz , los capuchinos no son productos complicados. No hay escasez de capuchinos decentes. No es demasiado costoso comprar algunas maquinas de café, un mostrador, crear una marca mediante un poco de publicidad y algunas muestras gratuitas, y contratar a un buen personal. Hasta María es reemplazable.
Lo cierto es que la ventaja más significativa de Starbucks es su ubicación privilegiada en el camino que separa a los trabajadores de sus destinos.
Existen algunos lugares ideales para cafeterías: junto a las salidas de las estaciones de transporte público, o en las esquinas de las calles muy transitadas.
Starbucks y sus rivales ya los han ocupado todos. Si Starbucks realmente tuviera a sus clientes hipnotizados, como dicen sus críticos, no necesitaría esforzar tanto para que las personas se tropiecen con sus cafés.
El buen margen de ganancia que Starbucks obtiene de sus capuchinos no se debe ni a la calidad de su café ni a su personal: se debe principalmente a su ubicación.
Pero, entonces, ¿Quién controla la ubicación?
Pensemos en las negociaciones para los nuevos contratos de alquiler. El propietario del International Square no hablara solamente con Starbucks, sino que lo hará también con otras cadenas como Cosí o Caribou Café, además de hacerlo con las cafeterías oriundas de la ciudad de Washington, como Java House. El propietario puede firmar un acuerdo con cada una de estas empresas, o puede firmar un contrato de exclusividad con una sola.
Cuando Intentes averiguar quien es el que va a ganar todo el dinero, simplemente recuerda que , de un lado de la mesa de negociaciones, hay al menos media docena de compañías que compiten entre si, y que, del otro lado, se encuentra un propietario, que es dueño de un solo local excelente, ideal para una cafetería .
Las conclusiones que ha llegado (Gustavo Ramírez)
Con este articulo en su primera parte me enseña ha crear my empresa para recibir ingresos que es lo que buscamos en Uniempresarial.
Lo segundo que la teoría del café de la cafetería Starbucks para tener éxito en esta economía global es la ubicación y los costes que paga por esta ubicación son elevados.
Ubica al alumno Uniempresarial a observar desde otro punto de vista una empresa Global.
Y a los creadores del Blog corporativo de uniempresarial que son mis alumnos en la cátedra E=Commerce o Negocios por interne que para ser exitosos hay que romper con los paradigmas tradicionales y buscar el escenario apropiado para crear una idea de negocios.
GUSATVO RAMIREZ OROZCO
GUSATVO RAMIREZ OROZCO
ESP. EN NEGOCIOS
CATEDRATICO UNIVERSITARIO U.E